Hoy toca hablar de ese vecino moroso que siempre aparece en la comunidad de vecinos. El caso: el turno de presidencia de la comunidad de vecinos va rotando anualmente hasta que sí, finalmente te ha tocado a ti. Y te toca lidiar con ese vecino del cuarto, que no quiere pagar la cuota mensual de la comunidad de vecinos ¿Qué podemos hacer en estos casos?

Vamos a repasar la estrategia que más te conviene aplicar contra el vecino moroso de cara a lograr tu objetivo inmediato, que no es otro que lograr que satisfaga los pagos a que está comprometido como propietario de una vivienda dentro de la comunidad.

Vecino moroso. Empieza por la buena fe.

El primer paso es apelar a la buena fe. El vecino moroso es tu vecino. Nos referimos a que lo primero que tienes que hacer es hablar con el vecino, instarle a un pago amistoso, ofrecerle facilidades de pago y demás soluciones… si esta alternativa funciona, será lo mejor. Conseguiremos el pago lo más rápido posible y habremos alterado al mínimo la convivencia vecinal, es decir, que no será tan incómodo cruzarnos por la escalera. La tasa de resolución de problemas de esta medida es más o menos alta. Resuelve el problema en bastantes casos, sobre todo cuando estamos en el origen o fase inicial.

Ahora bien, puede ocurrir que no quiera pagar o, que diga que sí que todo muy bien pero trascurre el tiempo y sigue sin pagar. En ese caso pasamos al siguiente escalafón en la escala de intensidad.

Actuar rápido

Queremos decir a todas las comunidades de vecinos que —Hay que actuar de buena fe, pero hay que actuar rápido—. No podemos dejar que trascurra demasiado tiempo. A más tiempo, entre otras cosas, la deuda será mayor y luego será más difícil reclamarlo judicialmente. El siguente paso como decíamos, ya pasa por reunir la junta vecinal y entre todos decidir demandar a este propietario y abrir un procedimiento monitorio para reclamar esas deudas.

Es un proceso que se puede resolver en cuestión de meses. El problema es que nuestro vecino moroso, sea un moroso profesional y por lo tanto conozca el proceso, se oponga al mismo y nos oblige a pasar de un proceso que está pensado para resolver el tema más o menos rápido a un procedimiento verbal, con abogado y procurador… y eso ta sí se va a dilatar más en el tiempo.

No se puede…

No se le puede prohibir subir en el ascensor, ni ponerle un cartel acusador, ni cosas por el estilo… El Tribunal Supremo nos dice que esto entraría dentro del delito de coacciones, es decir, obligar a una persona a hacer algo que no quiere, sea justo o injusto.

La justicia está de tu parte porque este señor te debe dinero y tenemos que reclamarle, pero tenemos que actuar dentro de la legalidad. 

Si perdemos el tono y el respeto y hacemos algo de este estilo, lo que nos vamos a encontrar es que él te va a denunciar a ti, o se va a querellar contra la comunidad de vecinos por coacciones etc. y al final igual te sale más caro una cosa que la otra. Otra cosa serían los servicios de lujo, lo que no es necesario para habitar la vivienda, eso sí se podría prohibir (la pista de pádel, la piscina…) pero esto se tiene que aprobar en la junta y por unanimidad. Si un vecino, solo uno, no quiere tomar tales medidas drásticas por ejemplo porque se compadece de que los niños del vecino moroso no puedan bañarse en pleno verano, no se podría tomar esa medida.

¿Reclamo al inquilino o al propietario?

Puede ocurrir que quien no paga la comunidad, el vecino moroso sea propietario de la vivienda o por el contrario sea un inquilino que ha arrendado el piso al propietario ¿Contra quién tenemos que actuar? nos preguntan muchos de nuestros clientes que se ven en esta desagradable situación. Pues bien, el consejo es actuar contra el propietario. Después, él tendrá que actuar con las mismas medidas y cantidades contra su inquilino, pero ese ya será un problema suyo y no de la comunidad que deseablemente ya habrá cobrado.

Qué puedo hacer

Lo más cómodo es contratar un servicio de gestión y legal para tu comunidad, por ejemplo el que ofrecemos en nuestro despacho. Con ello te vas a quitar de encima todos los problemas y vas a delegar la tarea en un despacho que ha visto decenas de casos como el tuyo todos los meses. Tendrás la tranquilidad de no tener que ocuparte en primera persona y la de saber que no habrá problemas por tomar las decisiones equivocadas.